Primero facilitamos el diseño conceptual y en un entorno visual participativo.

Para esta fase, invitamos a diferentes miembros de sus equipos, incorporando además los dos agentes externos a su organización que tienen que participar también en el desarrollo y gestión de la información: el diseñador gráfico que ha de generar las imágenes, iconos y elementos ilustrativos; y la directora de la empresa de producción de eventos, que gestiona el aforo y las necesidades logísticas en los diferentes espacios (conferencias, talleres, cursos, etc.)

Es esta visión más completa y rica la que genera la estructura web y las necesidades reales, a partir de las cuales podemos estructurar el trabajo.

Crear una página web es un trabajo relativamente sencillo cuando se dispone de todos los contenidos necesarios, pero normalmente las organizaciones se plantean la generación de contenidos al mismo tiempo que necesitan la web ya publicada.

Por tanto, la dificultad, digamos, radica en establecer los flujos de trabajo adecuados para que la maquetación web por secciones se pueda ir incorporando en el momento en el que se disponga del trabajo previo: las diferentes personas que han de aportar contenido, imágenes, seleccionar los vídeos, etc.; así como las que han de revisar y aprobar la maquetación final de cada uno de ellos; han de disponer un entorno en el que, de un vistazo, puedan saber cómo se encuentran esos flujos y cuales dependen de ellos.

Las metodologías ágiles son ideales en estas circunstancias, puesto que pueden irse publicando cada uno de los contenidos estructurados que ya han pasado por todas sus fases de elaboración; mientras que las personas tienen claro sus siguientes tareas para ir avanzando en su consecución.